Tiempo Ordinario ~ Ciclo A ~ Año Impar
Primera lectura
Col 2,6-15: Dios os dio vida en Cristo, perdonándoos los pecados.
Hermanos:
Ya que habéis aceptado a Cristo Jesús, el Señor, proceded como cristianos.
Arraigados en él, dejaos construir y afianzar en la fe que os enseñaron, y rebosad agradecimiento.
Cuidado con que haya alguno que os capture con esa teoría que es una insulsa patraña forjada y transmitida por hombres, fundada en los elementos del mundo y no en Cristo.
Porque es en Cristo en quien habita corporalmente la plenitud de la divinidad, y por él, que es cabeza de todo poder y autoridad, habéis obtenido vuestra plenitud.
Por él fuisteis también circuncidados con una circuncisión no hecha por hombres, cuando os despojaron de los bajos instintos de vuestro ser, por la circuncisión de Cristo.
Por el bautismo fuisteis sepultados con Cristo
y habéis resucitado con él,
porque habéis creído en la fuerza de Dios
que lo resucitó.
Estabais muertos por vuestros pecados,
porque no estabais circuncidados;
pero Dios os dio vida en Cristo,
perdonándoos todos los pecados.
Borró el protocolo que nos condenaba con sus cláusulas
y era contrario a nosotros;
lo quitó de en medio, clavándolo en la cruz,
y, destituyendo por medio de Cristo
a los poderes y autoridades,
los ofreció en espectáculo público
y los llevó cautivos en su cortejo.
Salmo responsorial
Sal 144,1-2.8-9.10-11: El Señor es bueno con todos.
Te ensalzaré, Dios mío, mi Rey,
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas.
Evangelio
Lc 6,12-19: Pasó la noche orando. Escogió a doce y los nombró apóstoles.
En aquellos días, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Después de bajar con ellos, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.