Se ha celebrado en la Concatedral de San Nicolás de Alicante la Misa Crismal, una ceremonia presidida por el obispo diocesano, D. José Ignacio Munilla, en la que ha estado acompañado por el obispo emérito de Orihuela-Alicante, D. Jesús Murgui y el oriolano y emérito de Canarias, D. Francisco Cases.
En ella se reúnen cada Lunes Santo por la mañana los sacerdotes de la Diócesis de Orihuela-Alicante para renovar sus promesas sacerdotales. También se han dado cita los diáconos y los seminaristas así como gran cantidad de laicos que han dotado de gran tradición y participación a esta celebración religiosa como anticipo a los días centrales de la Semana Santa.
Precisamente hacia los numerosos presbíteros que se han congregado en la concatedral para renovar sus promesas ha dedicado buena parte de sus palabras monseñor Munilla que ha articulado su homilía en torno a las tres grandes preguntas que se les hace en este día a los sacerdotes.
En esta línea les ha pedido un “deseo profundo de renovación”. “Hoy es un día para un pacto con el Señor de jamás ceder ante la tibieza ni la mediocridad ya que si nosotros los sacerdotes no ardemos en el amor de Dios moriremos de frío” ha explicado. También ha hecho alusión a la importancia de que el sacerdote “no se posee en propiedad a sí mismo sino que es de Cristo para el mundo” como “creencia clave para fortalecer la salud espiritual de un sacerdote”. Y en tercer lugar ha animado a los sacerdotes a que en cada eucaristía, confesión o predicación “se den en alimento” lo que supone “no solo ser pastor sino pasto para poder alimentar a las almas”. “La celebración ilusionada de la eucaristía será el banquete en el que nos demos como alimento al mundo” ha añadido.
Bendición de los óleos
Por otro lado esta Misa adquiere un carácter muy especial ya que en ella el Sr. Obispo consagra el Santo Crisma y bendice los óleos de los catecúmenos y de los enfermos. Dichos óleos han sido llevados en procesión solemne hasta el altar en tres ánforas para ser bendecidas después por D. José Ignacio Munilla. Previamente todos los presbíteros congregados han renovado sus promesas sacerdotales reafirmando así su compromiso con Cristo y la Iglesia Universal.
La palabra crisma proviene de latín: chrisma, que significa unción. Así se llama al aceite y bálsamo mezclados que el obispo consagra para ungir a los nuevos bautizados y signar a los confirmados. Con él también son ungidos los obispos y los sacerdotes en el día de su ordenación sacramental.
Esta celebración ha podido seguirse en directo a través de los canales Youtube de la Concatedral de San Nicolás y de EN TI CONFÍO.