Un Sacramento que reciben todos aquellos que se sienten llamados por Dios a ser sacerdotes para de esta manera poder dedicarse a la salvación eterna de sus hermanos los hombres

QUIERO SER SACERDOTE

Significado

El Orden Sacerdotal es el Sacramento por el que algunos fieles son constituidos ministros sagrados. Por la imposición de las manos del Obispo y sus palabras, hace sacerdotes a los hombres bautizados, y les da poder para perdonar los pecados y convertir el pan y el vino en el Cuerpo y en la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

Lo reciben aquellos que se sienten llamados por Dios a ser sacerdotes para dedicarse a la salvación eterna de sus hermanos los hombres. La Iglesia quiere a sus sacerdotes célibes para que puedan dedicarse completamente al bien de las almas, sin las limitaciones, en tiempo y preocupaciones, que supone sacar adelante una familia.

Jesucristo es el verdadero y supremo Sacerdote de la Nueva Ley, pue sólo Él nos reconcilió con Dios por medio de su Sangre derramada en la Cruz (Hebreos 8,1; 9,15). Sin embargo, quiso Jesús que algunos hombres, escogidos por Él, participaran de la dignidad sacerdotal de modo que llevaran los frutos de la Redención a todos los demás.

Signos

El gesto para la consagración de sacerdotes, diáconos y obispos es el mismo. Es decir, la imposición de las manos. El texto que se pronuncia es diferente en cada una de las órdenes sagradas. Hay también gestos diferentes en cada uno de los tres ritos.

El obispo es consagrado por otro obispo, que debe estar acompañado, como mínimo, por otros dos obispos consagrantes. Los obispos asistentes extienden la mano sobre el elegido mientras dicen: “Infunde ahora sobre este siervo tuyo que has escogido la fuerza que proviene de ti, el Espíritu de soberanía que diste a tu Hijo Jesucristo”. El obispo consagrante le unge la cabeza, le da el libro de los evangelios, le pone el anillo, le impone la mitra y le proporciona el báculo.

Por su parte, el sacerdote es consagrado por un obispo. El momento más importante es cuando el obispo, con las manos extendidas sobre el fiel ordenado, recita lo siguiente: «Te pedimos, Padre todopoderoso, que des a este siervo la dignidad del presbiterado; renuévale con el espíritu de santidad…»

Los diáconos son ordenados por un obispo, que con las manos extendidas sobre los escogidos, dice: «Envía sobre ellos, Señor, el Espíritu Santo, para que fortalecidos con sus siete dones, lleven a cabo su ministerio con fidelidad».

Requisitos para poder ser ordenado

Para la validez de la ordenación dentro de la Iglesia católica, se requiere que el ordenado sea varón bautizado.

Por otro lado, se realizan las pruebas y condiciones prescritas, entre las que incluye haber sido instituido como lector y acólito con seis meses de antelación a la ordenación diaconal; haber solicitado por escrito la ordenación indicando que lo hace libre y conscientemente; el certificado de estudios; certificado de haber recibido el orden anterior y los ministerios según los casos; certificación del rector del seminario o del superior religioso…

También el ordenado ha de reunir las cualidades necesarias a juicio del obispo propio o del superior mayor de la orden religiosa.