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San Juan María Vianney, presbítero

  • Categoría de la entrada:Lecturas de la Misa
  • Tiempo de lectura:7 minutos de lectura

Tiempo Ordinario ~ Ciclo A ~ Año Impar

Primera lectura

Lv 23,1.4-11.15-16.27.34b-37: En las festividades del Señor convocaréis asamblea litúrgica.

El Señor habló a Moisés: «Estas son las festividades del Señor, las asambleas litúrgicas que convocaréis en las fechas señaladas. El día catorce del primer mes, al atardecer, es la Pascua del Señor. El día quince del mismo mes, es la fiesta de los Panes Ácimos dedicada al Señor. Comeréis panes ácimos durante siete días. El primer día os reuniréis en asamblea litúrgica, y no haréis ningún trabajo servil. Los siete días ofreceréis al Señor oblaciones. El séptimo os volveréis a reunir en asamblea litúrgica, y no haréis ningún trabajo servil”».

El Señor habló a Moisés: «Di a los hijos de Israel: “Cuando entréis en la tierra que yo os voy a dar y seguéis la mies, llevaréis al sacerdote una gavilla como primicia de vuestra cosecha. Este la balanceará ritualmente en presencia del Señor, para que os sea aceptada; la balanceará el sacerdote el día siguiente al sábado.

A partir del día siguiente al sábado en que llevéis la gavilla para el balanceo ritual, contaréis siete semanas completas: contaréis cincuenta días hasta el día siguiente al séptimo sábado y ofreceréis una oblación nueva al Señor. El día diez del séptimo mes es el día de la Expiación. Os reuniréis en asamblea litúrgica, ayunaréis y ofreceréis al Señor una oblación.

El día quince de ese séptimo mes comienza la fiesta de las Tiendas dedicada al Señor; y dura siete días. El día primero os reuniréis en asamblea litúrgica. No haréis trabajo servil alguno. Los siete días ofreceréis al Señor oblaciones. Al octavo volveréis a reuniros en asamblea litúrgica y ofreceréis al Señor oblaciones. Es día de reunión religiosa solemne. No haréis trabajo servil alguno. Estas son las festividades del Señor, en las que os reuniréis en asamblea litúrgica, y ofreceréis al Señor oblaciones, holocaustos y ofrendas, sacrificios de comunión y libaciones, según corresponda a cada día».

Salmo responsorial

Sal 80,3-4.5-6ab.10-11ab: Aclamad a Dios, nuestra fuerza.

Acompañad, tocad los panderos,
las cítaras templadas y las arpas;
tocad la trompeta por la luna nueva,
por la luna llena, que es nuestra fiesta. R.

Porque es una ley de Israel,
un precepto del Dios de Jacob,
una norma establecida para José
al salir de Egipto. R.

No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué de la tierra de Egipto. R.

Evangelio

Mt 13,54-58: ¿No es el hijo del carpintero? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?

En aquel tiempo, Jesús fue a su ciudad y se puso a enseñar en su sinagoga. La gente decía admirada: ¿De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?».

Y se escandalizaban a causa de él. Jesús les dijo: «Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta». Y no hizo allí muchos milagros, por su falta de fe.

O bien se pueden tomar del propio:

Primera lectura

Ez 3,16-21: Te he constituido centinela de Israel.

En aquellos días, el Señor me dirigió esta palabra: «Hijo de hombre, te he constituido centinela de Israel. Cuando escuches una palabra de mi boca, los amonestarás de parte mía.

Si yo digo al malvado “morirás inexorablemente”, y tú no lo habías amonestado ni le habías advertido que se apartara de su perversa conducta para conservar la vida, el malvado morirá por su culpa; pero a ti te pediré cuenta de su vida.
En cambio, si amonestas al malvado y él no se convierte de su maldad y de su perversa conducta, entonces él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida.

Si, al contrario, el justo se desvía de su justicia y obra mal, yo le pondré una trampa y morirá. Como tú no lo has amonestado, él morirá por su pecado, y no se tendrán en cuenta las obras buenas que había hecho; pero a ti te pediré cuenta de su vida. Pero si tú amonestas al justo para que no peque, y no peca, ciertamente él conservará la vida, porque había sido amonestado, y tú habrás salvado la tuya».

Salmo responsorial

Sal 116,1.2: Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Alabad al Señor todas las naciones,
aclamadlo todos los pueblos. R.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R.

Evangelio

Mt 9,35-10,1: Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas.

En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia. Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, «como ovejas que no tienen pastor».

Entonces dice a sus discípulos: «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies». Llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia.